Otro año de nuevo se vuelve a apoderar de mi esa sensación de desasosiego que llega con la cercanía del fin del verano, anochece cada día antes, se empiezan ya a ver chaquetas por doquier, los árboles empiezan a desprenderse de sus vestidos de hojas, mis queridos tilos hacen lo propio...
Se nos va el verano de las manos, pero es ley de vida. Ya lo resumía de forma muy clara, sencilla y tierna Peter Sellers en la película Being There (Bienvenido Mr. Chance en España): “En todo jardín hay una época de
crecimiento. Existen la primavera y el verano, pero también el otoño y el
invierno, a los que suceden nuevamente la primavera y el verano. Mientras no se
hayan seccionado las raíces, todo está bien y seguirá estando bien”